18 enero, 2007

Bueno, esta es la famosísima Venus de Cnido, de Praxíteles. En su época era considerada la estatua más perfecta, tanto, que se recomendaba que no se viera en solitario, sino acompañado, para no caer presa de las redes del amor. Incluso cuenta la leyenda que un joven efebo griego se enamoró tanto de ella, que una noche le hizo el amor, suicidándose al día siguiente.

Esta historia un tanto escabrosa (¿le hizo el amor? ¿Cómo? ¿Al frote? Pero por Dios, ¡¡que es mármol!!) no es más que una alegoría, a mi entender, pero manifiesta hasta qué punto los griegos consideraban como una obra maestra esta escultura.

Por otro lado, es curiosa la forma que tenían los griegos de ver el arte. Para ellos, sobre todo para Platón, los artístas eran meros artesanos, y cuando más imitaran la naturaleza y se alejaran de la imaginación, muchísimo mejor. Además, aquellos que utilizaban la imaginación y la fantasía (siempre según Platón), eran considerados como peligrosos para la sociedad, y debían ser re-educados o apartados si esto fallaba. Por suerte sólo es una teoría, pero también demuestra hasta qué punto el naturalismo y el realismo eran fundamentales en la Grecia clásica.

También curiosa es la visión que tenían de los poetas. Ellos no eran ni siquiera artistas, ya que componían sus obras raptados por las musas. Ellos no tenían ningún mérito, ya que meramente eran el modo de transimisión de las palabras de los Dioses. Éstos se las transmitían a Hermes Trimegistro, que a su vez se comunicaban con las Musas. Y éstas raptaban a los poetas para explicarles las palabras divinas. Evidentemente, aunque el peyote no se conocía por aquellos lares... cómo le daban a otras sustancias!!!!! Vamos, que del rapto de las musas al hada de la absenta hay un paso...

Y bueno, como se verá, me toca estudiar Arte Griego, y como hasta ahora sólo había puesto imágenes de Renacimiento, pues me he decidido por la estatua más perfecta de la Antigüedad. Por cierto, ésta es una copia romana que se encuentra en los Museos Vaticanos. La original (y mancillada :S), se perdió.

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