04 febrero, 2007

No hubo cárcel

Pues eso, al final no me llevaron presa :P. No fue para tanto, aunque quedé aún más desesperanzada si cabe. El examen se llevó a cabo, hubo gente que no entendía o no quería entender lo que yo decía (una estúpida de segundo se empeñaba en decir que ella tenía derecho a un examen, y por más que la decía que yo hablaba principalmente a los de primero, ni caso que hacía. Si es que no hay rubia que no sea...). Pero a parte de eso, y después de todo, sólo me quedan dos sentimientos, increiblemente contradictorios.

Por un lado, la desesperanza. Ver cómo la Administración nos aprisiona sin poder evitarlo, y cómo a la gente se le da un ardite. Sólo importa tener 6 créditos, aprobar aunque no sepas. La Universidad está muerta, sin lugar a dudas. Ya no se aprende nada, sólo se aprueba, sólo se vive a base de examenes y créditos superados, sólo importa el tener el expediente más molón. Esto ya lo sabía (no nací ayer, precisamente), pero aún me asombra que incluso cuando no hay nada que perder, la gente sea incapaz de pensar en los demás.

Y por otro, la esperanza y la gratitud. Saber que hay un grupo de gente que aún piensa y se mueve, que apoya las ideas justas, y que es capaz de ir a los tribunales si hace falta. Todo con tal de que no nos tomen el pelo, con tal de motar jaleo y que los fuertes (vease la Universidad como Administración) no se salgan con la suya. Que aún hay Davides entre tanto estúpido, que aún podemos coger una honda y hacérselo pagar caro a todos nuestros Goliats. Lamentablemente somos pocos, pero como dijo aquél, valemos por muchos. Porque no tenemos nada que perder, y no tememos a las represalias.

Sí, se que es una tontería, que no va a llegar a nada. Pero me siento revolucionaria. Siempre me ha pasado, yo he montado todas las movidas cuando sentía que algo era injusto (en el cole ya me temía la monja). Pero nunca nadie me ha apoyado, siempre he luchado sola. Ahora no lo estoy. Como digo es una tontería, y es probable que por vaguería o comodidad nunca pongamos la demanda que tenemos en mente. Pero puede que sí, y si lo hacemos, ese día haremos algo grande. No porque triunfemos frente a un enemigo más poderoso, sino porque habremos llevado hasta el final nuestras ideas y principios. Seremos al fin el Caballero Blanco. Como digo, sí, es una tontería, una mera lucha universitaria sin relevancia. Pero me siento orgullosa de mis compañeros, de esos pocos que me apoyan, que me animan, y que me dicen que mientras yo sea la delegada, adelante, con lo que sea. Los que están ahí de pie, a mi lado, mientras suelto mi discursito a la clase, mientras contesto sus dudas, sin hablar, sin decir nada, sólo mirando y dando ánimos.

Joder, si me siento así sólo por esta chorrada, ahora entiendo la arrogancia de los poderosos, de los reyes de antaño, cuando eran capaces de mover ejércitos y veían el respeto de su pueblo. Y lo bien que se siente uno cuando hace lo que debe. Yo estas noches dormiré como un bebé.

1 comentario:

Paula... dijo...

La institución universitaria no tiene que olvidar jamás que la Universidad 'no es nada' sin alumnos.

Besos amiga, no pierdas las esperanzas.

Paula