15 junio, 2009

El verano

Hoy por fin me he sentido en verano, el primer día que me pasa. Y ha sido por tres razones incuestionables:

1.- Mis pies empiezan a arder dentro de las Converse. Toca ponerse chancletas a la voz de ya.

2.- La ducha es el gran enemigo a combatir. O al menos, eso parece por el olor asqueroso que la mayor parte de la población ostenta.

3.- Las mujeres pierden todo sentido del decoro, elegancia y saber estar y empiezan a vestirse como putas desdentadas.

Y la verdad, no sé cuál de los tres indicadores me da más asco...

Mis pies son una mierda. Es algo que tengo que asumir. En general, mi piel es una mierda, pero en la zona de los pies, más aún. Tengo la piel tan sensible que soy algo así como alérgica a mi propio sudor. Así que en cuanto hace un poquito de calor, mis pies se llenan de ampollas y rojeces que duelen una barbaridad. El único modo de combatirlo es llevando el calzado reducido a su mínima expresión, es decir, suela y dos tiritas que lo sostengan al pie, para que no pueda haber el más mínimo roce ni la más mínima posibilidad de sudor... Una mierda, ya digo. Ese calzado, cómodo, eso sí, provoca que vuelva a casa con los pies negros de polución, pisotones y mierda varia...

Odio el verano.

Respecto al segundo punto, yo entiendo que a las 7 de la tarde, después de todo un día currando con estos calores, el metro apeste. Pero no entiendo cómo un lunes a las 8 de la mañana, puede apestar igual. Joder, ¿es que nadie se baña los domingos? En serio, que el agua no es maligna, por mucho que en ella se caguen los peces... No es la primera vez que me largo del lado de algún compañero de viaje, haciendo ostentosos signos con las malos y la nariz, e incluso gritando "joder, qué peste" en los casos más graves. Y es que ya no me corto. Si tú me obligas a olerte el sobaco, yo me voy a quejar, alto y claro. A ver si de la vergüenza, mañana te duchas. Aunque no lo tengo yo muy claro... Si eres capaz de apestar así, dudo que tengas la más mínima vergüenza...

Odio el verano.

Y respecto a las mujeres, estamos en una época de "todo vale", así que es normal salir por mitad de una capital cuya playa más cercana está a 350 km, con una minifalda, una minicamiseta, y de sostén, un bikini. Con dos cojones. Y a ver, no se me entienda mal. Yo no tengo nada en contra de un buen escote, o de unas piernas estupendas. Me parece perfecto que se enseñen. Yo estoy en contra de lo anti-estético. Así que si una burraca de 1'50m y 80 kilos de peso se me pone en minifalda, lo siento, pero eso no es sexy, es una puta barata y usada. Si una tía con las tetas del tamaño de melones, como la Ramona, y encima caídas, me va con escote y sin sujetador, sólo podré gritarle "tápate, puta!!!!!!" y morirme del asco ahí mismo.

Porque no, señores, no todo vale. Y no es un discurso moralista. Es un discurso estético. Hay personas que no tienen un cuerpo digno de enseñar. Es una realidad, asumámoslo. No me tortures, so cerda, con la visión de tu celulitis, de las estrías de tus tetas, y de tus tobillos del tamaño del tronco de un roble. No, me niego a verte. Sé digna, ten un poquito de buen gusto, y ponte una faldita un palmo más larga y camiseta de manga corta, que da el mismo calor, y evitas entrar a formar parte de las pesadillas del imaginario colectivo...

En resumen, que odio el verano.

2 comentarios:

Gloria dijo...

... Que hoy sea lunes no tiene nada que ver, ¿¿no??

:P

Yo también lo detesto. Soy más de frío que de calor, y eso que me he criado en la solana de La Mancha y he soportado unos fantásticos 47º en Murcia. Pero sí... me apunto a tu post: Odio el verano.

Arwen_mge dijo...

Jajajaja, lo peor es que no estoy de lunes, ¿eh? Es la sensación de inicio de verano de toda la vida. Y mi odio genérico a la sociedad y a determinados de sus miembros de forma particular :P.

Vamos, que odio la tortura a la que la gente me somete cada verano...