24 marzo, 2010

Manifestaciones pro-vida

Una vez logrado el objetivo de finiquitar los cuatro blogs "resumen" del viaje a Roma, vuelvo a la carga con un tema que me saca de mis casillas. Ya anteriormente expuse mi completo apoyo a una ley que regule el derecho a abortar libremente, y también el por qué esa ley, ahora mismo y en este país, es anticonstitucional, lamentablemente. Así que no me repetiré más. No, hoy voy por otros derroteros. Con el tema del aborto de fondo, por supuesto, pero por otro lado.

El Facebook es un lugar estupendo para muchas cosas, estar en contacto con gente que tienes lejos, participar un poquito más en sus vidas, reencontrar gente que hace tiempo perdiste... También es un nido de cotillas (yo la primera) que gastan su tiempo en ir saltando de página en página para enterarse de cosas, rumores y noticiones. O para ver fotos de gente que no conoces de nada. Es lo que hay.

Pero también es un foro donde proliferan páginas de todo tipo. Y últimamente, hay muchas, muchísimas de las autocalificadas como "Pro-vida". Que no es otra cosa que "Contra-aborto", que no es lo mismo, ni siquiera remotamente parecido. Qué es una persona es algo que viene regido por nuestro Código Civil (sí, ya sé que he dicho que no hablaría de leyes, pero... mentí). El artículo 29 dice así: "El nacimiento determina la personalidad. Pero el concebido se tiene por nacido para todos los efectos que le sean favorables, siempre que nazca con las condiciones que expresa el artículo siguiente". Y el susodicho artículo siguiente, o 30, expone: "Para los efectos civiles, sólo se reputará nacido el feto que tuviere figura humana y viviere veinticuatro horas enteramente desprendido del seno materno".

Ergo... si sólo se es persona si se nace, y sólo se nace si se vive 24 horas desprendido del seno materno... Un aborto no es matar a una persona. Se pongan como se pongan los extremistas. Y si un aborto no es matar a una persona, porque nuestra Constitución y nuestro Código Civil así lo dicen, defender la vida y defender el aborto son cosas perfectamente compatibles.

Yo ahora podría ser muy populista e indicar que los mismos que hablan de derecho a la vida fueron los que iniciaron las cruzadas, los que quemaron en la hoguera, etc. Pero la verdad es que eso es quedarse en la superficie. La Edad Media era la Edad Media, y no se puede comparar con lo que vivimos actualmente. Pero sí son las mismas personas que gritan a los cuatro vientos que a la mujer que aborta habría que matarla, que está bien que las violen por perras, que son unas zorras y no merecen nada. Porque defienden la vida, sí señor.

Me sacan de quicio esas personas que se dan golpes de pecho ante un aborto, pero que luego hablan alegremente de dar diezmos para ayudar a los pobres negritos del África como si fueran animales. Generalmente, la gente que está en contra del aborto es religiosa, pero no siempre. Pero lo que sí he comprobado es que los extremistas siempre son religiosos. Es decir, yo he hablado de este tema con gente que está en contra del aborto y siempre me han dicho lo mismo, "yo nunca lo haría, pero lo respeto". Sin embargo, los más extremos a la hora de "defender" la vida son siempre religiosos extremos. Curioso, muy curioso, y además, sin memoria histórica.

El cristianismo al principio era una doctrina del "vive y deja vivir". Cuando ellos eran los perseguidos y no los perseguidores, lo que defendían, lo que exigían era libertad. La posibilidad de elegir el vivir como ellos querían, de elegir su credo. Ahora esa misma libertad, esa misma posibilidad de elegir es la que niegan. Esa misma libertad es la que propugnamos los que estamos a favor del aborto. Yo no voy a obligar a nadie a abortar, sólo exijo mi derecho a poder hacerlo si lo considero necesario (y parezco salida de La Vida de Brian :P).

Creo que el cristianismo ha olvidado un principio fundamental, y es que ellos existen, ellos pueden practicar sus creencias, tan sólo porque se lo permitimos. Porque en un estado aconfesional como es España, cualquiera puede expresar libremente su opinión, y todas deben ser respetadas. Eso es lo que realmente me saca de quicio. Que yo los respeto, en algunos momentos y circunstancias, a veces hasta los admiro. A pesar de ser atea, defiendo el papel de la Iglesia Católica en nuestra cultura, en nuestro arte, defiendo su existencia. Y ellos, por contra, me llaman asesina.

Eso me enseña dos cosas. La mayoría de los cristianos son gilipollas. Y yo soy mejor que todos ellos. Les respeto, a pesar de que son gilipollas.

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